OTOPLASTIA
Las deformidades en las orejas tienden a afectar en gran medida la autoestima y el desempeño social de las personas que lo padecen, desde una edad temprana. Pueden llevar a una pérdida de la confianza en sí mismo y al aislamiento social. Es común que estos pacientes antes de operarse, utilicen accesorios o tengan su cabello de manera que puedan esconder sus orejas.
La otoplastia es un procedimiento quirúrgico diseñado para modificar la forma y reducir el tamaño de las orejas, así como también corregir la prominencia de las mismas. La cirugía dura entre una y dos horas, se lleva a cabo desde atrás de las orejas y deja una pequeña cicatriz cerca del pliegue entre la oreja y la cabeza. El procedimiento se puede realizar con anestesia local, pero en los niños es requerida la anestesia general. Cuando el lóbulo de la oreja es muy grande, también se puede realizar un procedimiento para reducir su tamaño. Luego de la cirugía, el paciente debe usar un vendaje en la cabeza por los primeros uno o dos días después de la cirugía. Es muy importante que el vendaje se mantenga en su lugar por este tiempo para ayudar a reducir la inflamación y los hematomas. Mientas el vendaje esté en su lugar, no es posible lavarse el cabello.
Es posible que sea necesario utilizar un vendaje en las noches para proteger a las orejas por los próximos dos a tres semanas. En ocasiones, posterior a la cirugía las orejas se mantienen sensibles por semanas, por lo cual es necesario el consumo de medicamentos para el dolor. La cicatriz detrás de la oreja tiende a sanar fácilmente y la gran mayoría de los pacientes quedan complacidos con el resultado del procedimiento.